Villalbantaño: Alejandro Alonso Pena

Porque no hay forma de entender el presente sin conocer el pasado, y porque solo muere aquello que olvidamos, hoy nos sentimos orgullosos de contar con la pluma fina de Abel Martín Machado en el primer episodio de esta aventura por la historia villalbina, dedicado a uno de esos hombres que cambiaron su vida por la lealtad y compromiso con sus vecinos, el último Alcalde elegido democráticamente antes de la transición: D. Alejandro Alonso Pena

¡Felicidades vecinos! Al igual que el miércoles 15 de abril de 1931, ochenta y cinco años después, el próximo viernes también será día de fiesta en nuestro pueblo. A las siete de la tarde la calle de D. Alejandro Alonso Pena verá lucir sus nuevas placas con el nombre de nuestro alcalde republicano. Su familia, vecinos muy conocidos y queridos de nuestro pueblo, verá por fin reconocida la memoria de su hermano, padre, tío o abuelo. Y todos los villalbinos podremos tener el orgullo de ver como un trocito de la historia local se plasma en nuestro callejero.

Por fin, tras más de un lustro, se da cumplimiento a aquel acuerdo del pleno celebrado en marzo de 2011. Por fin, setenta y seis años, nueve meses y veintiséis días después de su asesinato, D. Alejandro, buena gente por encima de otras cuestiones, ve reconocida su labor al frente de nuestro ayuntamiento en favor de Collado Villalba, así como sus labores como vecino a lo largo de su vida. Porque nuestro protagonista ya era querido por sus vecinos por su trabajo para la comunidad cuando, a los 24 años, se convirtió en el primer presidente de la la junta constituyente de la Sociedad Cultural y Recreativa El Paraíso, en 1930.

Y debido a sus acciones en pro de nuestro pueblo los villalbinos le eligieron alcalde de Collado Villalba, tomando posesión de su cargo en el pleno extraordinario del veintidós de febrero de 1936. Y en dicho cargo le sorprendió el levantamiento militar que origina la sangrienta guerra civil. Durante su mandato en estos trágicos días sus medidas protegieron la vida de bastantes vecinos. Es algo conocido, así como su espíritu siempre fiel a la República pero en nada sectario, fue un vecino de sus vecinos por encima de todo. Y por ello al acercarse el fin de la contienda y la derrota, se negó a abandonar su pueblo pues nunca hizo mal a nadie y consideraba que nada debía temer.

Pero no obstante cuando Collado Villalba -junto al resto de la sierra- es ocupada, el veintiocho de marzo de 1.939, es detenido y trasladado a la improvisada prisión de San Lorenzo. Allí es sometido a juicio militar sumarísimo, y condenado (sorpresivamente, y ello da fe de lo poco que tenían en su contra) no a muerte (como era habitual en casos similares), sino a una pena de prisión superior a veinte años. Pero algunos hombres -que de ello solo tienen el nombre- no quedaron satisfechos, y así en la madrugada del diecinueve de junio un grupo de falangistas le “sacan” de la mencionada prisión, y le asesinan mediante fusilamiento en las tapias del cementerio de la citada villa vecina. Algo que se repitió como varias decenas de villalbinos.

Alejandro Alonso Pena

Y pasaron los años, y su familia siguió haciéndose querer por sus vecinos, mientras su nombre permanecía en el olvido. Hasta que hace un lustro el grupo municipal de Izquierda Unida solicitó una calle con su nombre. Dicha solicitud fue aprobada contando también con los votos socialistas. Pero era marzo de 2.011 y dos meses después los vecinos elegían por mayoría absoluta a un gobierno del PP. El absoluto desprecio por dicha resolución plenaria durante los siguientes cuatro años es de todos conocido. Ninguneo que ha intentado el actual equipo de gobierno tardando más de seis meses en tramitar la moción que se volvió a aprobar en el pleno del pasado mes de septiembre, pero no ha sido oficializada hasta el pasado pleno del treinta y uno de marzo.

Pero estas fechas son días de celebración y no de reproches. Bien está lo que bien acaba, y a partir del próximo viernes todos podremos ir a la plaza de los Belgas por la calle de D. Alejandro Alonso Pena, un alcalde leal a sus juramentos, pero ante todo un villalbino leal a sus vecinos.

¡No falten a esta fiesta de la Memoria local! Ya saben, el próximo día quince a las siete de la tarde. Les espero.

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