Nuestro “QuienOpina” de hoy viene de la mano de Abel Martín Machado, cargado de mentiras y verdades villalbinas. En esta ocasión nos habla de Cáritas, alabando sus 69 años de lucha contra la pobreza y la exclusión y resolviéndonos dudas sobre la sede villalbina. Porque ya sabéis que nos gusta escuchar la voz de todos: QuienOpina
Como puede que conozcan, Cáritas es una palabra latina cuya traducción acepta cinco acepciones: amor, caridad, generosidad, persona amada y carestía. En casi todo el mundo este término es reconocido como el nombre de la entidad que realiza la mayor obra social de la Iglesia Católica. Y en nuestro país esta institución suele funcionar a través de las Cáritas parroquiales, y/o locales, mediante el trabajo de voluntarios, mayoritariamente. Ya saben, aquello de “Pensar globalmente, actual localmente”.
Cáritas funciona, subsidiariamente, para solventar las necesidades básicas de los vecinos que no obtienen cobertura desde nuestros servicios sociales u otras instituciones oficiales, y así mantiene diversas actividades en nuestro pueblo: acogida, alimentos, apoyo escolar, orientación familiar, menaje, un grupo de narcóticos anónimos, pastoral de calle, proyecto educa, ropero, sensibilización, orientación para el empleo, Trabajo Social y un pequeño comedor solidario.
Tengo, creo que ya se lo he indicado, un inmenso respeto por el trabajo de esta veterana organización (en nuestro país lleva 69 años), por la labor de sus profesionales, y por la generosidad de sus voluntarios (como, en general por todo aquel que destina parte de su tiempo a ayudar a sus semejantes). Y precisamente por la estima que me merece no entiendo el ocultamiento vergonzante de que hace gala nuestro ayuntamiento a la hora de ayudarla. Les cuento…
Ya saben que en estos momentos tan solo contamos con un Comedor Social en nuestro pueblo. Y no precisamente aquel que nos vendió el Obispo de Hipona, cuando el 21 de marzo de 2013 anunció la cesión por 50 años al Arzobispado de Madrid de una parcela de 1.500 metros cuadrados, en la zona de Los Valles, para la construcción de una nueva iglesia, y “donde se desarrollará un Centro de Cáritas y Comedor Social”. Aquello sigue siendo un erial, y ya hace más de tres años y medio de la cesión.
Realmente, el único comedor solidario que existe en Collado Villalba se ubica en la parroquia de la “Virgen del Camino”, siendo coordinado por nuestra organización protagonista de hoy. Funciona de lunes a viernes, al mediodía, y da de comer diariamente a 25 beneficiarios, gracias a la labor de más de una docena de voluntarios y un profesional. Y, al margen de que disienta en gran medida de las ideas del padre Roberto -miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y párroco de dicho templo-, se trata de un valioso y necesario servicio a los villalbinos necesitados. Algo muy de agradecer.
Hace unos meses este comedor anunció su cierre por falta de colaboración vecinal, económica y en especie, para mantener su actividad. Afortunadamente las cosas han mejorado, pero toda ayuda es imprescindible. Y nuestra corporación ha organizado una “Operación kilo” con ocasión de los días internacionales “La alimentación y la pobreza”. Desde el 14 al 25 de este mes, se recogerán alimentos no perecederos en nuestras Bibliotecas Municipales de Barrio, con destino al citado comedor.
Lo que me llama profundamente la atención es que nuestra penitencia de gobierno local oculta la autoría de esta necesaria obra social, publicitando que su destino será “el Comedor Social y Solidario del Municipio”, así sin apellidos ni reconocimiento hacia aquellos que lo hacen posible. ¿Por qué? Les juro que no acierto a explicarme este ocultamiento inexplicable e injusto. ¿Qué razón puede existir para esto? ¿Tal vez pretendan, arteramente, confundir a los vecinos, haciéndoles creer que dicho comedor es un servicio sustentado por nuestro ayuntamiento? ¿O tal vez les falta gallardía para asumir que se trata de ayudar a esta valiosa organización católica?
Y, hablando de Cáritas en nuestro pueblo, no puedo menos que condenar la lamentable y odiosa noticia que se ha producido la pasada noche. El servicio de ropero de la misma, que enumeré más arriba, tiene su sede en un local (puerta de calle) de la Urbanización Parque Sierra. Allí de martes a viernes, por la mañana, se recoge y dona la ropa que precisan nuestros vecinos mas necesitados. Pues bien, esta madrugada ha aparecido todo el fruto de la generosidad de nuestros vecinos quemada. Al parecer una panda de salvajes desalmados no ha encontrado nada mejor que hacer que reducirla a cenizas… ¡Miserables!
