El último fin de semana de la primavera ha estado repleto de actividades e iniciativas importantes para los villalbinos. Desde la reunión anual de las casas regionales al Encuentro Solidario, Abel Martín Machado estuvo, como siempre, al pie del cañón y hoy comparte con nosotros su valoración en “QuienOpina”.
Porque queremos escuchar la voz de todos…
No se si habrá sido muy iluminado, lo que desde luego hemos tenido es un fin de semana a rebosar de actividades sociales, ya fueran regionales, deportivas, solidarias, políticas o comerciales. Ya fuera el viernes, sábado o domingo. Tanto en el pueblo como en la estación, en horario de mañana, tarde o noche. Han sido unos días un tanto frenéticos para aquellos que hemos pretendido acercarnos a echar un vistazo y unas parrafadas con los amigos en todos ellos.
En orden cronológico, la primera actividad convocada era, como todos los viernes desde hace un par de meses, la vigilia en solidaridad con los refugiados. Y aquello se convirtió en el mayor despropósito que he vivido desde hace unos meses, y mira que no faltan. Al poco de comenzar la pacífica y solidaria concentración, apareció en el ágora de nuestra biblioteca un despliegue policial digno de causa más oportuna: entre guardias civiles y policías locales conté veinticuatro (24).
¿Una amenaza de bomba tal vez? se preguntarán ustedes. Pues no, este ingente despliegue policial venía ¡a desalojar el acto y sus “peligrosos” asistentes! Y claro que lo hicieron, previas algunas conversaciones con sus mandos. ¿Razones? Al parecer alguna cuestión burocrática que, a mi parecer, en absoluto justifica la taxativa orden de nuestra penitencia de Delegada del Gobierno…
El sábado subí a medio día a la Reunión anual de Casas Regionales, que se celebraba en la Plaza de la Constitución. Y allí estuve de charleta con distintos amigos y/o compañeros, mientras compartía algunas cervezas esperando degustar la calderera a la que invitaba la Casa de Extremadura, y que cocinó magistralmente mi amiga Carmen (a punto de jubilarse). Llamaba la atención el grupito de ediles peperos (donde por cierto no estaba la alcaldesa) que alternaba fraternalmente con aquel que no debe ser nombrado, el sacristán, a quien “violentamente” expulsaron de su grupo municipal hará algo más de diez meses…
A la tarde me pasé por el “Rastro de la Sierra” que se celebraba, como viene ocurriendo últimamente, en la Plaza de los Belgas. Por allí andaban la Asociación de Mujeres Artesanas de nuestro pueblo ofreciendo sus creaciones, y estuve también charlando con mi quijotesco amigo, que luchaba con el viento mientras organizaba el stand de los peperos… El único grupo político que allí había haciendo campaña.
El domingo por la mañana el punto de reunión era la Avenida Batalla de Bailén. Del citado ágora salían (y terminaban) los vecinos ciclistas que se apuntaron a la XXX edición del “Día de la Bicicleta”. Acto que contó con muchos participantes y gran animación… para el desconsuelo de los jóvenes estudiantes villalbinos que intentaban concentrarse, entre tamaño estruendo que duró algo más de dos horas. Salvando lo interesante y deportivo de esta antigua celebración, ¿alguien podría recordar que, tras la selectividad, todavía quedan muchos exámenes universitarios en estas fechas? Y no lo digo tan solo por la desconsideración que tuvieron con ellos ayer, sino también por el corte del horario ampliado…
Pero, hablando de desprecios, ayer tuvimos otra prueba tras finalizar la celebración anterior. Como les he informado, desde las 10 hasta las 14 horas se celebraba, en la puerta de Malvaloca, el encuentro solidario que, a favor de los más desfavorecidos, organizaba la “Red Coordinadora Solidaria” con la participación de distintas ONGs (locales, regionales y nacionales) de diversas especializaciones.
Probablemente sepan que no contaron con la habitual carpa por su coste (algo discutible, pero aceptable), pero lo que es absolutamente indefendible es que nuestra corporación les negara el permiso para situar sus carpas dentro de la parcela de Malvaloca. Y no solo eso, es que ni tan siquiera abrieron las puertas de la finca para que los voluntarios, que allí estuvieron toda la mañana, y los vecinos que se acercaron, pudieran utilizar la batería de baños públicos que tenemos al otro lado de la cerca. Vamos que ni contenedores de basura les habían situado, menos mal que hubo villalbino que lo exigió.
Y todo lo anterior (con suponer un patente menosprecio) es probablemente uno más de los habituales errores -fruto de la paralización- de nuestro pepero gobierno, antes que un desprecio. Lo que si resultó una absoluta desconsideración fue contemplar a casi todo el equipo de gobierno (y aquí si estuvo Mariola) tomando cañitas en la terraza que queda frente a Malvaloca, e ignorar olímpicamente este acto solidario, por el que ni se acercaron. Traducían, con su falta de una mínima cortesía, el hecho de que les incomodaba la presencia y la realización del encuentro solidario. Dado que éste no es sino una demostración de las carencias de su actuación a favor de los villalbinos menos económicamente afortunados.
En honor a la verdad, he de reconocer que Yolanda (la pepera maestra y edil del CIM) si se acercó a saludar, aunque tal vez por motivos de amistad personal con alguno de los solidarios vecinos que allí estaba. Como mi amigo Oscar, que con su padre y otros miembros de su equipo, se marcaron de su bolsillo una estupenda –y gigantesca- paella que hizo las delicias de los que por allí pasamos; o mi amiga Sole y sus compañeras de Candelita; o los esforzados miembros de Pan para Todxs, por citar algunos. En fin, gracias a los vecinos solidarios, algún día tal vez sus esfuerzos se vean apoyados por nuestro consistorio…
Y el día del cambio se acerca…
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