Hace poco hacíamos un recorrido por la época dorada villalbina, recordando cómo vivimos hace años las noches de ocio en nuestro pueblo. Un escalofrío de nostalgia recorría nuestro cuerpo al ver Villalba ha pasado, en ese aspecto, del gentío al vacío… Hoy hacemos un recorrido por los centros comerciales villalbinos de ayer y de hoy, que aunque muchos de nosotros nos habíamos olvidado de ellos, siguen en pie y sin intención de rendirse.
¿Recordáis cómo era Villalba hace 20 años? ¿Dónde pasábamos los jóvenes nuestro tiempo de ocio? ¿Dónde iban nuestras madres a hacer la compra? Os hablamos de aquellos primeros centros comerciales, esos lugares de los que tan buen recuerdo guardamos, que siguen intentando reinventarse, con más o menos éxito, para seguir siendo un emblema del comercio en nuestro pueblo.
El Canguro
Empezamos con El Canguro; en este centro comercial encontrábamos, hace ya unos años, todo lo necesario para pasar una tarde de ocio a cualquier edad. Desde bares y tiendas de todo tipo (de ropa, calzado, tatuajes y piercings, accesorios, pieles) hasta alimentación, cines o salón de recreativos.
Seguro que muchos recordamos aún la canción del mítico coche fantástico (que, por cierto, sigue estando ahí) o ir a comprar chucherías en la tienda de Gomy para luego comértelas en las escaleras resguardándote del frío. De esto hace ya más de 30 años.
Pensando que todo eso formaría ya parte del recuerdo, nos acercamos a El Canguro a comprobarlo y…. ¡sorpresa! Nos encontramos con que muchos establecimientos no han tenido ni un descanso desde casi su inauguración, como es el caso de la tienda de reparación de calzado Cobi o el bar de en frente de esta, bar La Galería situados en la planta baja y con 30 años a sus espaldas. Seguimos caminando y comprobamos que también el mercado sigue abierto a día de hoy y que tampoco ha sido cerrado en ningún momento, sólo aquellos puestos cuyos dueños se han ido jubilando.
Sonia, la encargada de la pollería, nos cuenta que llevan más de 25 años trabajando ininterrumpidamente y que a día de hoy se puede decir que el mercado es un negocio familiar ya que los tenderos de los puestos vecinos son familiares suyos. Como el resto de los negocios de este centro, no destaca por la afluencia de clientela. Según la opinión de Sonia, la bajada de ventas se ha debido sobre todo a lo mal que se aparca en esta zona, más que a la apertura de otros centros comerciales más modernos.
Lo mismo pasa con las dos zapaterías de la planta baja, Pisamorena y El Cisne. Seguro que a muchos nos suena ir a comprar ahí los zapatos cuando éramos pequeños. Sostenidas por clientes de siempre que, pese a la multitud de aperturas de zapaterías en Villalba, siguen siendo fieles a las de toda la vida.
En la planta central encontramos más movimiento. Se mantienen la tienda de piercings y el locutorio, y al otro lado una imprenta y el mítico Gomy, que aunque lo encontramos cerrado, nos dicen que sigue abierto y, lo que más nos sorprende, que sigue el mismo dueño desde hace más de 20 años; Carlos.
En la imprenta se quejan de lo que se queja la mayoría, el parking de Honorio Lozano no cumple los objetivos para los que iba dirigido: reavivar el pequeño comercio en el centro de Villalba. La falta de seguridad y de vigilancia hacen que el parking no cumpla su cometido. De ello os hablamos en un próximo artículo.
Seguimos subiendo por las escaleras mecánicas, aún en movimiento, y nos vamos adentrando en la parte superior de este centro comercial.
La planta alta la encontramos prácticamente vacía. Lo que en su época se llenaba de villalbinos esperando en las colas para entrar al cine, hoy en día solo conserva el famoso bar de Los Billares, donde no encontramos ni un sólo cliente y el dueño nos comenta que prácticamente todo el centro comercial “está muerto”, aun que ellos se mantienen desde hace siete años.
El Zoco
Otro centro comercial de moda en los 90, que abrió sus puertas a principios de los 80, fue El Zoco, para acabar convirtiéndose en el punto de encuentro para los villalbinos tras el cierre de los cines de El Canguro. También situado en la calle Real, al igual que el anterior disponía de multitud de bares, cines y tiendas de todo tipo. Muchos somos los que hemos pasado allí tardes enteras de cine y recreativos para acabar cenándonos un perrito caliente en D´Jaime, el bar de abajo… Que, por cierto, sigue en funcionamiento.
A día de hoy, la imagen de El Zoco es algo diferente, aunque hay negocios que se mantienen abiertos, como es el caso de la conocida cafetería Fiorucci, la joyería Macris o la zapatería de Cortés Garza, que llevan abiertos desde prácticamente su inauguración y que han sabido adaptarse a los cambios que se han producido en Villalba en todos estos años.
Los trabajadores más antiguos del centro nos comentan que la caída más pronunciada que han sufrido fue con la apertura del centro comercial Los Valles, ya que debido a su modernidad y a la apertura de los grandes almacenes (entonces llamados Pryca), lograron atraer la atención de todos los villalbinos.
Pero la bajada que dio casi por muerto a El Zoco fue la apertura de los cines del centro comercial Planetocio, lo que conllevó el cierre de los cines que mantenía a duras penas el movimiento que quedaba.
Tras años de situación complicada, el centro se ha ido reponiendo de los golpes sufridos y se han mantenido locales abiertos.
Además se han inaugurado nuevos negocios, como el gimnasio Holiday Gym, situado en la planta alta (en el lugar de los antiguos cines); la reciente Sala número 8, tienda de tatuajes y piercings, cafeterías y restaurantes, como los conocidos American Dream y Burguer King, dando vida y manteniendo el centro en movimiento.
Los Olivos
Continuamos nuestra ruta por el Centro Comercial Los Olivos, situado en el Polígono Industrial P-29 e inaugurado en 1992. Al igual que los anteriores, este centro se fue quedando obsoleto con la llegada de Carrefour y otras grandes superficies. Sin embargo, es el que mejor ha sabido readaptarse a la situación.
Uno de los motivos que le han ayudado a conseguirlo han sido las obras de reforma llevadas a cabo en 2008 con el objetivo de modernizar el centro y ofrecer más comodidades a sus visitantes.
Los principales cambios fueron la peatonalización con cubierta de la parte interior del recinto, la pavimentación de la galería (que a sus comienzos era de asfalto) y otras obras realizadas para suprimir las barreras arquitectónicas, como el nuevo acceso al parking mediante una rampa mecánica.
Además de tiendas de alimentación, de ropa, bares y tiendas de “todo a 100” (ahora casi todas regentadas por familias de orientales) en su exterior cuenta con varias sucursales bancarias, farmacia y un sinfín de empresas comerciales y de servicios.
Los Olivos también organiza todos los sábados y domingos mercadillos de varios tipos (de libros, de antigüedades, etc.) aparte de los que disfrutamos en fechas señaladas como en navidad, que también suelen ir acompañados de juegos para los más pequeños, como “cuenta-cuentos”, “pintacaras”, etc…
Lo cierto es que se ha transformado en un entorno agradable y confortable para el público donde se puede encontrar de manera sencilla lo que necesites o simplemente ir a pasar una tarde con los hijos, o con los padres…
Los Jardines Plaza
Quizás el centro comercial que menos repercusión ha tenido, tal vez por su ubicación o tal vez por el abanico de opciones que teníamos antes para hacer la compra. Lo cierto es que a día de hoy este centro se mantiene en pie, con muchos negocios cerrados pero con otros muchos que han apostado por abrir sus puertas en él.
Los Jardines Plaza está situado en el corazón del Parque de la Coruña y, como muchos quisieran, su accesibilidad gracias a la facilidad de aparcamiento es algo que agradecemos los clientes.
En este centro a día de hoy podemos encontrar bares, una peluquería, zapatero, carnicería, pastelería artesana (riquísimos sus productos por cierto), un centro de
yoga y pilates, una tienda de informática, una tienda de decoración, una charcutería… ¿Lo creíais muerto? Pues no, Los Jardines Plaza sigue muy vivo e intentando, cada día, seguir al pie del cañón.
Las Cigüeñas
Terminamos nuestro paseo con el más pequeño; Las Cigüeñas. De este centro, situado también en la calle Real, no podemos decir que fue punto de encuentro, ya que no contaba con cines ni recreativos como El Zoco o El Canguro… Pero si es una pieza importante de este bonito puzle de recuerdos. Seguro que muchos de vosotros recodáis ir con vuestros padres a comprar ropa a la tienda de Menchu o a la peluquería de niños que había al lado.
En la entrada al centro, había unas escaleras por las que se bajaba al mercado de alimentación. La planta superior disponía de multitud de tiendas de no alimentación; agencia de viajes, ropa y complementos, electrodomésticos, tintorería, peluquerías, etc…
A día de hoy podemos encontrar el centro bastante deshabitado, el mercado cerró hace unos cuantos años y en la galería comercial queda un locutorio, una peluquería y poco más, la mayoría de locales está en venta o alquiler. De la vistosa fuente que encontrabamos en su entrada adornada con dos cigüeñas, queda una fuente seca y en ruinas con una sóla cigüeña deteriorada.
Se hace difícil asociar que allí se encontraba el mercado de alimentación que abastecía a casi todo el pueblo, pero está claro que a los que vivimos todo aquello, se nos desborda la melancolía cuando tiramos de recuerdos. Y es que muchos han ido quedando tapados o borrados por nuevas realidades que cada vez nos hacen más difícil recordar los viejos tiempos.
Este viaje nos ha servido, aparte de para recordar tiempos pasados y con ello pasar un buen rato, para concienciarnos de que el pequeño comercio necesita nuestro granito de arena para mantenerse a flote. La mayoría están regentados por villalbinos que han luchado muchos años por mantenerse firmes y no tener que renunciar a su negocio. Desde aquí os invitamos a rememorar esa época y a acercaros de nuevo a estos lugares olvidados para que puedan seguir siendo los centros comerciales de ayer y de hoy.
4 Respuestas de “Un paseo por los centros comerciales de ayer y de hoy”
Que recuerdos me ha traído el articulo. Es una pena que no apoyemos al pequeño comercio, yo el primero, pero es que el ritmo de la vida actual, marcado casi siempre por el uso de vehículo privado, no permite ir a efectuar las compras o pasar un rato de esparcimiento a centros comerciales que no tengan facilidad para estacionar dicho vehículo privado.
Bonito viaje 🙂 la de cosas que hemos vivido en esos sitios.
Cuantas pelis, cuantos vicios en los recreativos y cuantos buenos recuerdos, pura identidad del pueblo, una pena que muchos negocios tan míticos caigan, pero un alivio saber que muchos aguantan. Gran articulo Carmen .
Como se nota vuestra juventud. El último de los centros que citas, el de Las Cigueñas, es el único que yo recuerdo que existía cerca de la estación allá por 1980. Para llegar a él, desde Las Suertes, había que atravesar las vías del tren por pleno campo. Y que colas se formaban en la carnicería y en una de las tiendas de pescado que allí tenían “Los Tapias”. En Navidad, antes de abrir las puertas de cierre metálico, había cola esperando y dando turno…… Y nos parecía muy moderno.
Luego, con El Canguro, se duplicaron las posibilidades de acudir al cine (antes solo existía el Alvasanz). Aquello ya era lo último y más moderno que había por la sierra: mercado en los bajos, salas de juegos y cine en la plana alta , escaleras mecánicas……Y yo con una buena mata de pelo en la testuz y dos niñas berreando y con mocos, pidiendo un duro para sacar una bola de una maquina roja colgada en la pared..
!!! señor, señor.. y parece que fue ayer…!!