Hoy presentamos una empresa que lleva más de dos décadas dando servicio en el pueblo. Y es que, aunque los profesionales de la sierra conocen esta casa desde siempre, y saben que si necesitan aislamiento térmico, vigas o cualquier tipo de material derivado del metal Hiperuiz es el lugar, muchos habitantes del pueblo y alrededores no saben que en la Calle Calibre, nave 3 de nuestro polígono P-29, hay un lugar en donde pueden deshacerse de sus viejos trastos metálicos y sacarse un dinerillo bien majo…
En esta nueva edición de clásicos del pueblo los hermanos Ruiz nos abren su negocio para que tanto profesionales como particulares sepan que si buscan hacerse o deshacerse de sus metales, este es el sitio adecuado…
Nos cuentan los hermanos Ruiz, Javier y Manuel, que el negocio fue fundado hace ya la friolera de 26 años por su padre y su tío. En sus comienzos la crearon para la construcción de refuerzos de hormigón. Después de tomar ellos el mando se han ido incluyendo servicios y abriendo el abanico de posibilidades, convirtiéndose en una de las grandes empresas de nuestro pueblo. Vigas, chapas, tubos, reciclaje, a medida que iban creciendo, iban introduciendo maquinaria pesada para dar un perfecto servicio en todo lo que el metal engloba y hoy, visitando la nave, somos conscientes del importante trabajo de reciclaje que hacen aquí.
Máquinas compactadoras de metal, separadoras de plástico… Aquí se recibe mercancía de particulares o profesionales, ellos clasifican, fraccionan y mandan a fundición todo tipo de residuos metálicos. A nivel profesional, desguaces, el propio ejército trayendo munición vieja, recortes de cerrajería, latón, grifos viejos, tubería de cobre por nombrar algunos. A nivel usuario, cualquier cosa de metal que a uno se le pueda ocurrir o tenga en casa, cacerolas viejas, antenas, vajillas, cualquier trasto que uno tenga guardado o para tirar en vez de terminar en cualquier basurero abandonado, pueda reconvertirse en unos eurillos que corriendo los tiempos que corren vienen fenomenal, y además hacen un servicio al medio ambiente.
Todos hemos llegado a escuchar historias truculentas ocurridas en negocios de este tipo, en la que el cobre o las cosas que traen algunos para ganarse un dinero provienen de dudosas actividades, robos etc. Pues bien, en Hiperuiz dejan muy claro que nunca aceptan nada que provenga de actividades de este tipo, que tratan de luchar contra esta práctica que pone en peligro su negocio y el de todos los que se dedican a esto y que prefieren ganar menos pero dormir tranquilos. Si alguien que lea este artículo lleva intenciones de este tipo, sea consciente que en esta empresa llevan ya muchos años viendo de todo, y no es el lugar para estos negocios. Nos comenta Javo, que como es normal ellos han vivido historias increíbles, gente que trata de vender señales de tráfico, material de la red de carreteras, cobre truculento, infinidad de casos en donde se ha decidido no aceptar la mercancía por su dudosa procedencia.
Seguimos visitando la nave y sus diferentes puestos, vemos mucha vida y muchos trabajadores, cuentan con una flota de camiones, se ve gente atareado de un lado a otro y la pregunta es obligada. ¿Habéis pensado en ampliar? ¿Cómo se gestiona el progreso en un negocio como este y en un sitio como Collado Villalba? La respuesta por parte de los dos es tajante, nos hablan de lo complejo que es hacerse más grande en esta zona en diferencia con otras zonas o polígonos en Madrid, comentan la cantidad de naves que llevan vacías muchos años y la diferencia de precio del suelo aquí con otros lugares.
Los alquileres por aquí son astronómicos, nos cuenta Manuel, hacen imposible el crecimiento y la sostenibilidad de los negocios, e imposibilitan de igual modo que se puedan seguir creando puestos de trabajo. Para hacernos una idea, los alquileres aquí son tres veces más caros que en muchos sitios de Madrid y al pedir precio por naves que llevan en desuso muchos años no hay negociación posible, prefieren tenerlas vacías que adecuar los precios, algo extraño y que hace pensar a un servidor…
Preguntamos por anécdotas que les hayan ocurrido trabajando este sector que deben ser muchas y muy peculiares, nos hablan de algunas que pueden escuchar en el vídeo que acompaña este artículo entre las que pillerías y “bizzaradas varias” se mezclan sacándonos una carcajada, pero dejaré constancia de una para terminar este viaje por Hiperuiz y que además añade un alegato de vida y superación.
Hablan los hermanos que en una ocasión recibieron una carga de amasijos de hierro y que a punto de ser compactada oyeron ruidos que provenían de dentro , no daban crédito a que nada que estuviera dentro de tanta chatarra apelmazada pudiera sobrevivir de una pieza, pero la vida siempre crece en los lugares más inhóspitos, y de toda esa cacharrería y deshechos salió un pequeño gato, que aún no comprenden muy bien como estaba vivo, pero lo estaba, y de una pieza, desde ese día, el animal se ha convertido en un amigo que allí habita y ya forma parte de la gran familia Hiperuiz.
Terminamos el paseo por una vetusta y prolífica empresa Villalbina, recordado a profesionales y no profesionales del pueblo y alrededores que antes de dejar abandonados residuos metálicos en cualquier sitio, en Hiperuiz tiene un lugar donde pueden convertir en dinero sus trastos viejos que contengan metal y también por supuesto recordando que si van a construirse una casa o cualquier construcción allí pueden hacer a su medida y con todas las garantías sus armazones metálicos.
Agradecemos a los hermanos Ruiz su trato y su cercanía y esperamos que este artículo aporte información de valor para el pueblo.